La calidez de un naranja vivo brilla entre una serie de tonos grises. La energía positiva pasa por los ojos hasta que puedas sentirla en tu pecho. Esa luz de un día soleado de invierno nos recuerda que vuelve la primavera. La potencia luminosa se percibe desde todos los ángulos. Incluso en la oscuridad. El artista utilizó pinturas al óleo y procesó el naranja con una pintura de neón que despliega su luminosidad con luz azul.

La perspectiva cambiante es un juego para el espectador. ¿Va hacia adentro o hacia afuera como un relieve? el vaso esta medio lleno o medio vacío? Todo es cuestión de la actitud y filosofía personal. Se Puede ver esta paleta de colores en otras de sus obras y muestran la gran imaginación de Karlo.

Óleo en lienzo.
Formato: 80×80 cm.

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