El contraste frío-cálido es abrumador. La pureza y sencillez del blanco y la simpleza e indiferencia de los grises reciben la alegría y la serenidad del naranja cálido. Así el artista logra la mezcla de calma y movimiento que hay en todos nosotros. En algunos, más de uno que de otro. La cabeza cuadrada no solo es sobria, sino alegre y vivaz, aunque no siempre brota con claridad.
El conducto visible es evidentemente la mano humana, la vida en esta imagen. Una vez más vemos una gama de grises con algo de naranja que nos muestran el lado triste y alegre de la vida.
Cabeza cuadrada es una denominación para describir a los alemanes. Se refiere a la falta de flexibilidad. El artista no lo ve tan drásticamente e intenta resaltar otros lados, cualidades con algunas líneas suaves.
Óleo en lienzo.
Formato: 6080 cm.